Bulágoras: es
uno de los inmediatos sucesores de Pitágoras. Se le cuenta tras Mnesarco, hijo del maestro.
Cebes: fue
un discípulo de Sócrates a fines del siglo V a. C. Se ha conservado una obra, conocida como
el Pinax o Tabula,
atribuida a Cebes, aunque se cree que fue compuesta por un autor anónimo del
siglo I o II.
Biografia: Cebes fue un discípulo de Sócrates y Filolao,
así como amigo de Simmias de Tebas. Es uno
de los oradores en el Fedón de Platón,
en donde es representado como un sincero buscador de la virtud y la verdad,
asertivo en argumentos y cauteloso en la decisión. Jenofonte afirma
que fue miembro del círculo interno de Sócrates y visitante frecuente de
la hetera Teodota en Atenas.1
Tres diálogos, el Hebdome, el Frínico y
el Pinax o la Tabula, le han sido atribuidas por
el Suda y Diógenes Laercio. Los dos primeros están
perdidos y muchos académicos niegan la autenticidad de la Tabula debido a anacronismos
materiales y verbales.
Celso: fue un filósofo griego que
vivió en el siglo II. Su figura transcendió históricamente debido a que
escribió una serie de textos contra el cristianismo,
escritos y teorías que fueron contestados por el filósofo Orígenes.
Su obra más conocida, el Discurso
verdadero (Λόγος 'ΑληΘής),
fue criticada por éste en su obra Contra Celso,
escrita entre 70 y 80 años más tarde y gracias a la cual se conserva parte de
la obra de Celso.
Se cree que, dada la creciente propagación del
cristianismo —ya denunciada por Plinio el
Joven—, Celso dirigió sus escritos contra esta religión y
en especial para contrarrestar las conversiones entre paganos.
Biografia:
De no ser cierta su identificación con el
filósofo epicúreo homónimo amigo de Luciano de Samosata, se conserva sólo su
obra Doctrina verdadera (según
otros traductores, Discurso sobre
la verdad).
En ella se burla de Jesucristo,
diciendo que habría sido hijo de una judía amancebada
con un soldado romano de nombre Pantero,
que habría practicado la magia que aprendió en Egipto y
que por eso se ganó unos cuantos discípulos de entre la plebe más miserable y
digna de compasión. Sin embargo, para Celso el argumento más fuerte en contra
de Cristo es su humillante muerte en la cruz, absolutamente
indigna de una divinidad. Compara luego los relatos de laresurrección con
los que circulaban de otros personajes de la cultura griega:
Las
viejas leyendas que narran el nacimiento divino de Perseo,
de Anfión,
de Eaco,
de Minos,
hoy ya nadie cree en ellas. Por lo menos dejan a salvo cierta verosimilitud,
pues se atribuyen a esos personajes acciones verdaderamente grandes, admirables
y útiles a los hombres. Pero tú ¿qué hiciste o dijiste hasta tal punto
maravilloso? En el Templo la insistencia de los judíos no pudo arrancarte
una sola señal que pudiera manifestar que eras verdaderamente el Hijo de Dios.
CELSO, Discurso verdadero contra los cristianos, pág. 29 (según la
edición de Alianza Editorial)
Su prosa, si bien incendiaria, busca activar los
mecanismos de la razón en una parte del movimiento cristiano que él
consideraba capaz de entender su mensaje, a pesar de que consideraba a la
mayoría de los fieles de la nueva religión como gente inculta:
La
equidad obliga, no obstante, a reconocer que hay entre ellos gente honesta, que
no está completamente privada de luces, ni escasa de ingenio para salir de las
dificultades por medio de alegorías.
Es a éstos, a quienes este libro va dirigido propiamente, porque si son
honestos, sinceros y esclarecidos, oirán la voz de la razón y de la verdad,
como espero.
De la crítica al fundador del cristianismo, pasa a
sus seguidores y doctrinas. Según Celso los cristianos habrían favorecido una
suerte de Estado dentro
del Estado: no participan en los cultos ni fiestas, niegan las tradiciones de
los antepasados. Además serían gente de la peor calaña: ignorantes, pobres,
supersticiosos, vendidos, etc. Sin embargo, dada la situación del imperio,
les invita a participar de una alianza política que permita un nuevo
enriquecimiento del imperio.
Es revelador e invita a reflexionar su texto:
Hay una raza nueva de hombres,
nacidos ayer, sin patria ni tradiciones, unidos contra todas las
instituciones religiosas y civiles, perseguidos por la justicia,
universalmente marcados de infamia, pero que se glorían de la execración común.
Clearco
de Solos: fue
un filósofo griego peripatético del siglo IV a. C.
Biografia:
Natural de la Ciudad de Solos, en la isla de Chipre, Clearco
fue un discípulo de Aristóteles. Se dedicó al estudio de la
tradición pitagórica, y la descripción de las culturas orientales, que
parece haber conocido directamente a través de varios viajes.
Fue el autor de "De Somno", una discusión
de la existencia separada del alma, en la que un personaje habla a Aristóteles.
Además de esto, escribió varias obras, incluyendo una colección de biografías y
un tratado sobre la adulación.
En sus estudios de astronomía, abandonó la Teoría
de las esferas mediante la adopción de la Teoría de los epiciclos.
Cleobulina: fue una de las hijas
de Cleóbulo de Lindos, uno de los siete sabios de Grecia, que consideraba
que las mujeres debían tener también acceso a la educación, y tal hizo con
Eumetis.
Cleobulina fue citada por Aristóteles en
su Poética y nombrada por Plutarco en El banquete
de los Siete Sabios.
Crantor de Cilicia: fue un filósofo griego de fines del siglo IV a
comienzos del siglo III a. C..
Era originario de una colonia de rodios
atenienses, Soli,
situada en la isla de Chipre, en la región de Cilicia del Asia Menor,
y estaba vinculado a la Academia Antigua, de la que fue uno de sus
filósofos más importantes. Habiendo destacado ya en su tierra como poeta,
marchó a Atenas para instruirse en filosofía y allí tuvo por maestro a Jenócrates,
que fue el tercer director de la Academia después de la muerte de Espeusipo,
sobrino de Platón. Después siguió como discípulo de Polemón,
sucesor de Jenócrates como director de la Academia. Demostró su humildad y
sencillez cuando, habiendo enfermado, se retiró al templo de Asclepio,
en el cual recibió a diversos discípulos que le pidieron que formara una
escuela aparte. Los desengañó diciendo que quería seguir siendo discípulo de
Polemón. Era esa modestia y sencillez lo que admiraba más en Polemón, así como
en sus poetas preferidos, Homero y Eurípides,
a los que consideraba libres de toda afectación. Enseñó asaz fielmente la
doctrina de Platón y murió a los cuarenta años, antes que Polemón, teniendo por
discípulo a Arcesilao.
Se preocupó esencialmente de la ética,
materia en la que se le tuvo en el mundo antiguo como una de las principales
autoridades, como cuenta Horacio:
Qui sit quid pulchrum,
quid turpe, quid utile, quid non
plenius ac melius
Chrysippo et Crantore dicit (Hor. lib. I, ep. 2).
Distribuye los bienes en cuatro tipos: virtud,
salud corporal, deleite y riqueza. En su obra De la consolación, dedicada a un tal Hipocles que había perdido
todos sus hijos en un mismo accidente repentino, enseña a asumir la muerte a
partir de una profunda desvalorización de la vida. Esta obra fue muy estimada
en el mundo antiguo, según el testimonio de Diógenes Laercio. Los pasajes conservados
por Marco Tulio Cicerón (en el primer libro de
sus Cuestiones tusculanas), Sexto
Empírico y Plutarco han contribuido al conocimiento de este título,
con el que se fundó el género literario-filosófico de la Consolación, bastante
frecuentado en el mundo antiguo. Entre sus escritos, destacan: Tratado de la aflicción, un comentario
o exégesis del Timeo de Platón que,
según Proclo,
fue el primero que se hizo (Comentarios
al Timeo o Sobre la
naturaleza de Platón), y una colección de poemas. Lo que queda de
sus Fragmentos se
encuentra recogido por F. Kayser (Leipzig, 1841). Bleek escribió su vida
(Leyden, 1837).
Crates de Malos: fue un cartógrafo,
gramático y filósofo estoico griego, director de la biblioteca de Pérgamo.
Al margen de su actividad como filósofo, su mayor
aportación fue la de construir el primer Orbe terráqueo
esférico, añadiendo nuevos continentes al Ecumene conocido, demasiado pequeño
respecto al tamaño de la Tierra determinado por los cálculos de Eratóstenes.
Este desequilibrio aparente, inaceptable por la cultura griega, que daba gran
importancia a cuestiones como la armonía y el balance del Universo,
fue resuelto por Crates incorporando otros “continentes”,
origen de lugares míticos como las Antípodas y
el gran continente austral conocido como Terra
Australis.
Crates de Tebas: fue un
filósofo griego discípulo de Diógenes de Sinope y seguidor, como él, de
la escuela cínica.
Como cuenta Diógenes Laercio, Crates donó a la ciudad una
grandiosa fortuna y adoptó, junto a su esposa Hiparquía,
la vida de mendigo que era característica de los cínicos. El alumno más famoso
de Crates fue Zenón de Citio, fundador del estoicismo.
Crates fue el discípulo más notable de Diógenes de Sinope. Y, por haber sido también
maestro de Zenón de Citio, se lo considera el nexo entre la escuela
cínica y el estoicismo, corriente filosófica iniciada por este
último.
Nació en Tebas en
el año 368 a. C. De muy joven se estableció en Atenas,
donde conoció a Diógenes. Era un ciudadano pudiente de clase alta que renunció
a todo (riquezas y posición social) para abrazar el cinismo. Su trato con la
gente era muy distinto del de su maestro, era amable y respetuoso; lo llamaban
"El Filántropo". Defendía los puntos de vista de la escuela cínica
con un estilo menos agresivo que el de Diógenes.1 Según
relata Diógenes Laercio, abría las puertas de las casas para exhortar a sus
moradores, de ahí su otro sobrenombre "El Abrepuertas". (Otros dicen
que era la gente la que lo invitaba a sus casas para dialogar con él y recibir
su consejo.) Con su palabra y con sus actos, predicaba la autarquía y
la sencillez como único camino para alcanzar una vida feliz. La sencillez
implicaba el quedarse sólo con lo mínimo, desprendiéndose de la familia, la
propiedad, las costumbres sociales e incluso de las propias opiniones.
Crates tuvo un discípulo, su cuñado Metrocles. Escribió numerosas obras
literarias, la mayoría en verso. Mediante ellas —en un tono por momentos
humorístico y por momentos serio— buscó difundir el cinismo.
Según la tradición, tuvo con Alejandro
Magno una actitud similar a la de Diógenes: cuando el emperador
le preguntó si quería que reconstruyeran la ciudad, respondió: «¿Para qué
reconstruirla?»
Crates murió en el año 288 a. C.
Fue discípulo de Aristo, hermano de Antíoco de Ascalón y partidario en sus
primeros tiempos de las doctrinas a la sazón dominantes en la Academia Platónica, que estaba pasando de un
período escéptico a uno "dogmático". Como Aristo, Cratipo fue amigo
de Cicerón.
Siguiendo luego a Andrónico de Rodas, se inclinó hacia el Aristotelismo y
fue escolarca en Atenas entre
88 y el 68 antes de Cristo.
Crisipo de Soli: fue un filósofo
griego, figura máxima de la escuela estoica.
Ya en la Antigüedad, le llamaban segundo fundador
de la Stoa, y hasta
decían que «De no haber existido Crisipo, no existiría tampoco la Stoa». Diógenes Laercio escribió: «Si los dioses
se ocuparan de dialéctica, utilizarían la dialéctica de Crisipo».
Los estoicos dividían
la lógica en retórica y dialéctica.
Crisipo dio para la lógica una definición exacta de la proposición y de las
reglas concernientes a la división sistemática de todas las proposiciones en
simples y compuestas.
Crisipo fue hijo de Apolonio de Tarso, pero se cree
que nació en Solos. Era muy pequeño de estatura y se le
atribuye haber entrenado como un corredor de larga distancia. Siendo aún joven,
perdió su herencia cuando fue confiscada por la tesorería del rey. Crisipo
se trasladó a Atenas,
donde se convirtió en discípulo de Cleantes,
que era entonces la cabeza de la escuela
estoica. dice también que asistió a los cursos de Arcesilao y
de su sucesores Lacides, en la Academia platónica.
Crisipo se lanzó con entusiasmo en el estudio del
sistema estoico. Su reputación de aprendizaje entre sus contemporáneos fue
considerable. Fue conocido por su audacia intelectual y confianza en sí
mismo, y su confianza en su propia habilidad se demostró, entre otras cosas, en
la frase que se supone le hizo a Cleantes: «sólo necesito saber los dogmas,
pues hallaré luego.
Critón
de Atenas: fue
un filósofo griego del siglo V a. C. Es conocido por ser amigo y discípulo de Sócrates, y por ser personaje de
algunas obras de Platón.
Nació, como el mismo Sócrates,
en el demo de Alópece, y tenía aproximadamente su misma
edad (Platón, Apología 33d). Se dedicaba a
negocios relacionados con la agricultura (Platón, Eutidemo 291e; Jenofonte, Memorables 2.9.1) y poseía una
gran fortuna, que siempre puso a disposición de Sócrates (Diógenes Laercio, Vida de Critón, I): probablemente de él salieran los fondos para
pagar el rescate de Fedón.
Salió como fiador de Sócrates en su juicio (Platón,Fedón 115d)
además de ofrecer una suma para cubrir la multa (Apología 38b). Luego de que lo condenaron, ofreció
costearle los gastos de su fuga y conseguirle un huésped en Tesalia (Platón, Critón 45a-c). Estuvo, junto a su
hijoCritóbulo, acompañando a Sócrates el día
de su ejecución (Platón, Fedón 59b)
Sus hijos -cuatro según Diógenes Laercio, y dos según Platón;
de los cuales únicamente consta el nombre del mayor, Critóbulo- también fueron
discípulos de Sócrates.
Platón lo retrata en varios de sus diálogos: en
el Eutidemo expresa
a Sócrates preocupación por la educación de su propio hijo mayor. En el diálogo
que recibe su nombre, procura convencer a su amigo de que el escape es una
buena opción frente a morir ejecutado. Y en el Fedón,
es el depositario de los encargos del condenado, quien atiende sus últimos
pedidos y quien le cierra los ojos al morir (118b).
Según Diógenes Laercio, escribió un libro que
contenía diecisiete diálogos sobre temas filosóficos, de los cuales,
proporciona los títulos: El ser
docto no es ser bueno, Qué
cosa es ser rico, Qué cosa
es ser apto, o El político, De
lo honesto, Del maleficio, De la buena disposición, De la ley, De lo divino, De las artes, Del uso venéreo, De la sabiduría, Protágoras, o sea El político, De las letras, De la poesía, De lo bueno, De la enseñanza, Del conocer o saber, De la ciencia o Del ser sabio.
Demetrio de Falero: fue un político y filósofo ateniense, perteneciente a la escuela peripatética. Su padre,
Fanostrato, fue esclavo de Timoteo y
de Conón, así que no era de origen noble. Nacido
en el puerto de Falero, se educó en el Liceo de Aristóteles con Teofrasto y
fue amigo deMenandro,
el comediógrafo. A causa de la muerte de Foción,
tuvo que ausentarse de Atenas hasta
que las cosas se calmaron. Gobernó Atenas durante el periodo (317-307 a. C.),
hasta que lo expulsaron cuando en 307 a. C. la escuadra de Demetrio Poliorcetes tomó Atenas,
refugiándose primero en Tebas y
después al lado de Casandro de Macedonia, para al fin
terminar en Egipto, en la corte de Ptolomeo I, quien lo designó como primer
bibliotecario de la Biblioteca de Alejandría (ca. 297 a. C.),
que tenía dos sedes: una en el Museion y
la otra en el Serapeo. Se atribuye a Demetrio Falereo el
haber aconsejado a Ptolomeo I la traducción de la Biblia hebrea al griego,
la denominada traducción de los Setenta o Septuaginta.
Vuelve a caer en desgracia con el reyPtolomeo II y
murió en el exilio después del 283 a. C., como consecuencia de la picadura de
una serpiente
Creó una biblioteconomía basada
en la mezcla de dos tradiciones bibliotecarias: la occidental (basada en la
organización y las tareas) y la oriental (basada en los aspectos formales).
La tradición bibliotecaria occidental recoge los
atributos de las bibliotecas de la Academia de Platón y,
sobre todo, el Liceo de
Aristóteles. El aristotelismo postulaba como eje
fundamental de las bibliotecas su conversión en la «memoria del mundo»; es
decir, la misión del sabio-bibliotecario residía en reunir todos los libros (en
aquella época rollos) que abarcaran la totalidad del saber
humano. Para ello, se destinaron fuertes sumas de dinero para adquirir el mayor
número de obras. También se legisló por decreto real que todos los barcos que
atracaran en Alejandría tenían que entregar todos los libros que llevase a
bordo para que fuesen copiados en la biblioteca y, una vez finalizada la tarea,
se devolvía a sus dueños los duplicados.
Aristóteles estableció
que las bibliotecas también tenían que ser l«aboratorios editoriales» o «de
texto», es decir, los bibliotecarios tenían que establecer los autores que eran
dignos de ser estudiados y, por tanto, sus obras debían ser reproducidas una
vez reelaboradas filológicamente.
Dexipo (filósofo): fue un filósofo griego,
seguidor del neoplatónico Jámblico de
Calcis, perteneciente a la segunda mitad del siglo IV.
Dexipo escribió comentarios sobre Platón y Aristóteles de
los cuales uno, en el que explica y defiende las categorías aristotélicas,
ha aparecido en textos tanto griegos como latinos. El texto más antiguo de
Dexipo que se conserva fue editado en París por
Félicien en 1549,
bajo el título Quœstionum in
Categorías Libri Tres. La última edición fue realizada en Múnich por
Spengel, en 1859.
En este trabajo Dexipo explica las categorías de Aristóteles al tiempo que se
esfuerza por refutar las objeciones de Plotino.
Dicearco de Mesina: natural de Mesina, fue
un peripatético que se formó en el Liceo, la escuela
que Aristóteles fundó en Atenas,
donde se relacionó con Teofrasto y se interesó por los asuntos relacionados con
la moralidad. También fue político, historiador y geógrafo.
Su faceta más conocida es la de geógrafo. Midió la
altura de las principales montañas del Peloponeso y Grecia (primera operación de esta clase en la
antigüedad) y realizó una serie de mapas y descripciones donde
representó el mundo conocido hasta la época, obra que acompañará a su Mapamundi. Esta información fue de
vital importancia para las campañas de Alejandro
Magno.
Como historiador publicó su Historia de Grecia y
describió Esparta como
la mezcla perfecta entre música, psicología y democracia.
Diceoneo: fue un
filósofo, geógrafo e historiador griego, nacido en Mesina (Sicilia)
que vivió en el siglo IV a. C.
Discípulo de Aristótelesy Jhon, modificó en sentido materialista la
doctrina de su maestro, enseñando que el alma es una fuerza vital natural al
cuerpo.
Escribió varias obras que se han perdido,
conociéndose únicamente algunos fragmentos de una geografía griega.
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